Saber no siempre es sabio.

Un día dije que jamas caería en las trampas que me propondría la vida. Un día dije que le encontraría la vuelta a todos los problemas. También hice promesas y juré disfrutar cada segundo a pleno.

Y ahora, acá estoy. Entendiendo que no puedo alterar el orden común de las cosas.

Se me pasa el tiempo, y sigo cometiendo los mismos errores; una, otra y otra vez. Y me doy cuenta, que de nada sirve lo que un día pensé como solución. 

Quise preparar todas mis herramientas, y mantenerlas activas, para que cuando llegue el momento de utilizarlas, sepa como. Varios de esos momentos llegaron, y en todos ellos creí tener las herramientas al alcance de mis manos, listas para usarlas y fortalecerme con ellas. Y entonces, me encontraba cayendo al vacío, ahí, sin saber que hacer. Era cuando me daba cuenta que por mas que me preparara para la caída, el impacto iba a ser el mismo.

Porque aunque pensé saber todas las cosas que el mundo me tenia preparado , y busqué todas las soluciones para cada una de ellas; el tiempo me demuestra, cada vez, lo errada que estaba.

Y hoy se que esto siempre va a ser así, pero no hay un solo día que deje mis herramientas lejos de mi alcance. Por lo menos me ayudan a creer que puedo hacer algo para no caer de nuevo.